Nuestra ubicación privilegiada entre montañas, un oasis en medio del desierto, nos brinda un terruño idóneo para el cultivo de la vid.
Desde su descubrimiento, los primeros conquistadores quedaron sorprendidos por la gran profusión de vides silvestres, con las cuales se elaboraron los primeros vinos de la región.
Los factores del microclima específico con el que contamos contribuyen a la maduración ideal de la uva y el florecimiento de una maravillosa cultura del vino.
Seco semicálido, con abundante sol y suficiente lluvia, ideal para la maduración de las uvas. Con diferenciales térmicos extensos, días cálidos y noches frías.
Arcillo-arenoso, con buenos niveles de caliza, se nutre por manantiales y aguas subterráneas haciéndolo idóneo para el cultivo de la vid.
Goza de temperaturas más frescas y templadas que los valles aledaños.
Los inviernos son bien definidos y alcanzan temperaturas bajo cero entre noviembre y febrero. La primavera es seca y fresca. En verano y otoño se aprovechan las lluvias.
Relativa baja la mayor parte del año con una precipitación anual promedio entre 350 – 450 mm de agua.
1,500 msnm, con una ubicación privilegiada en las faldas de la Sierra Madre Oriental.
Después de una buena cosecha, la bodega es el lugar donde los expertos enólogos de Casa Madero crean la magia.
Nuestras bodegas brindan atmósferas adecuadas para proteger nuestros vinos de los factores externos como lo son la fluctuación de la temperatura y/o de la luz.
En Casa Madero contamos con equipos de la más alta tecnología, los cuales contribuyen para obtener la máxima calidad que se ve reflejada en nuestros vinos.